Apología de los sueños


Parece que cuando uno está inmerso en la vorágine del día a día en este mundo de monotonía entre el trabajo y el hogar, todo lo banal se come el tiempo de soñar. Por eso echaba de menos este momento «vacacional». Lo admito…últimamente no he tenido tiempo vivir y tampoco de soñar, pero ya estoy en ello. Entre las muchas cosas que dejé pendientes en beneficio de la locura hospitalaria, se encontraban libros que necesitaba terminar de leer. Por fin he podido hacerlo, no me gusta llegar con asignaturas pendientes a la Feria del Libro, donde libero a la más grande de mis bestias para la caza y captura de los ejemplares más singulares o mas atrayentes hacia mi persona.

Entre esas historias y vidas pendientes había una que he terminado de leer recientemente, y no he podido resistirme a escribir sobre ello. Me ha resultado una experiencia tan satisfactoria que en breve comenzare a leerlo de nuevo. Lo que quiero expresar en este post de hoy son los sentimientos que me han inundado leyendo algo como esto…si…me resisto a llamarlo libro, porque me parece una palabra demasiado material para algo que me ha resultado tan sensorial. Si intentara definirlo supongo que diría algo como que es un conjunto de pequeñas percepciones hacia grandes historias sobre papel. Pero lo cierto es que me resulta extraño definirlo, así que simplemente diré que se trata de sueños, de vidas, de Madrid, de personas y de lo más irracional en ellas…pero sobretodo, de sabores y olores, una degustación en el mejor palco posible de un teatro lleno de historias.

Una vez tuve el placer de compartir un café con la persona que creó y puso en mis manos esta obra. No hace mucho que le conozco y hasta entonces ni si quiera más allá de 140 caracteres, pero aquella mañana pude comprobar que al igual que sus palabras, se encuentra rodeado de un aura que no muchas personas tienen, ese aura que hace fácil desvirtualizar a alguien detrás de un timeline o de unas hojas de papel. Esa persona se llama Adolfo y en la gran sala de baile, que es el Twitter, le reconocerás por la «máscara» de @cosechadel66, una gran persona y un gran escritor.

Lo único que me queda por decir es que esta obra se llama «Primera cosecha» y que espero poder catar más vinos como este próximamente. Como no podía ser de otro modo, recomiendo a todo el mundo sumergirse en esta apología de los sueños…mientras os dejo un enlace donde podréis degustar todo esto de lo que os hablo.

http://cosechadel66.es/

Un pensamiento en “Apología de los sueños

  1. Cosechadel66 dice:

    Son letras como estas las que muchas noches dan sentido y luz a un camino que no es fácil recorrer. Muchísimas gracias…. por todo.

    Carpe Diem

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